Por Rocío Delvalle Quevedo
“Cuando la entrega en el servicio llega incluso a la extinción de la especie”
Empezamos esta semana el tercer libro de la Torá, con la parashat Bemidbar que tiene el mismo nombre del libro que iniciamos. En esta porción el ETERNO ordena hacer el censo de los hijos de Israel, se dan indicaciones sobre la disposición de las tribus en el campamento y de la cuarta aliyá en adelante nos habla sobre la tribu de leví, la elección especial que de ellos hizo el ETERNO y su censo en particular. Finalmente, en la séptima aliyá se describe el servicio del clan de Kehat, dentro de los levitas.
Como se puede leer en el versículo Números 4:4, los coatitas o kehatitas (clan al cuál pertenecía también Moshé y Aharon [Éxodo 6:16, 18, 20]), tenían un encargo muy importante, que consistía en cuidar de las cosas más sagradas del Ohel moed (santuario): el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, el Velo de partición y los vasos de servicio (Rashi).
Durante la lectura de esa aliyá (7ma: Números 4:1-20), me llamó la atención la mención de las pieles de tejón (RV60) o delfín (NVI). El tema de las pieles de ese animal, era algo que tenía pendiente de tiempo atrás y que sentí que era el momento de abordar. La palabra que se ha traducido como tejón o delfín, es Tajash (תחש). Es la palabra H8476 del Strong y según este diccionario se puede traducir como: “Tipo de cuero, piel o piel de animal, tal vez el tejón o dugongo, delfín u oveja”.
A pesar de que tanto el Strong, como algunas otras traducciones han hecho equivalente el tajash con algunos animales como el tejón y el delfín, según Rashí (éxodo 25:5), el tajash era una especie de bestia salvaje que solo existió en el momento en que el pueblo de Israel construyó el Mishkan (tabernáculo). Así también Rabeinu Bahya comenta que, nuestros sabios en Shabat 28 opinan que la tajash era un animal que solo existió durante esa generación y que toda su función era hacer que su piel sirviera como una de las cubiertas del Tabernáculo. Aparentemente el color de su piel era tan hermoso que no debía usarse de nuevo para fines seculares, por lo que Di-s había permitido que este animal se extinguiera tan pronto como hubiera cumplido su propósito. Además, se afirma que a menos que el tajash haya sido ritualmente puro, ninguna de sus partes habría calificado para usarse para el Tabernáculo. De ésta última afirmación, causa curiosidad que en la actualidad se haya traducido tajash como tejones o delfines, animales que evidentemente no son puros.
En razón de los anteriores comentarios, en adelante asumiremos como cierta la postura de nuestros sabios, en cuanto a que el animal utilizado actualmente está extinto, por lo cual no lo nombraremos con ningún otro nombre que lo equipare a algún animal extante (no extinto) en la actualidad, sino simplemente con el nombre que en la Torá en hebreo se utiliza, tajash. Así también, no es objetivo del presente comentario, equiparar el tajash, con ninguno de los nombres en la lista que en este momento se manejan de animales extintos. Más bien, revisaremos un poco más las implicaciones del uso de su piel en el mishkan.
Llama la atención que, en coherencia con la posición de los sabios, al realizar una concordancia de la palabra tajash, la misma casi que solo se encuentra en la Torá (13 de 14 veces que aparece en toda la Tanaj). La única vez que aparece en la Tanaj es en Ezequiel, sobre la explicación que los sabios dan a dicha mención ver Siftei Chakhamim. Y de las 13 veces que aparece en la Torá, seis lo hace en Éxodo y siete en números (no aparece ni en Génesis, ni Levítico, ni Deuteronomio). Y es mencionada exclusivamente en relación a la elaboración y el servicio en el Mishkan.
Como lo dicen los comentarios, la piel fue la parte del tajash que fue aprovechada en el mishkan. De esta forma, todas las veces que la palabra tajash aparece en la Torá, está acompañada de la palabra “Piel” (Our – Strong H5785). Las pieles de tajashim (plural de Tajash) fueron unos de los materiales que el Eterno pidió para la elaboración del mishkan [Éxodo 25:5, 35:7, 35:23]. Según las indicaciones que el Altísimo dio a los israelitas en Éxodo, mientras el mishkan se encontraba en pie, en el desierto, las pieles de tajashim, debían ser utilizadas específicamente, junto a las pieles de carneros teñidas de rojo, para realizar un toldo o cobertura (מכסה, Mijseh, Strong H4372) para el ohel moed (tienda de reunión o santuario) [Éxodo 26:14, 36:19, 39:34]. Al respecto de dicho Toldo hecho de pieles de carnero teñidas de rojo y de pieles de tajash, Rashí comenta, que estas cubiertas superiores, solo cubrían el techo (no colgaban sobre los lados), su longitud era de 30 codos y su ancho 10.
Por su parte, cuando se mencionan las pieles de tajash en la parashá que nos ocupa, no lo hace para referirse a dicho Toldo. De hecho, en la porción que nos ocupa, se dan indicaciones con respecto a la labor que debían cumplir los kehatitas en el momento en que el pueblo de Israel debía moverse por el desierto y, por tanto, el mishkan debía ser desmontado. Era en este momento cuando los kehatitas debían tomar las cosas más sagradas (el arca del pacto, la mesa de los panes, el candelabro, el altar de oro, los utensilios del ministerio y el altar de los holocaustos) y extender sobre ellos paños de púrpura en algunos casos o en otros paños de carmesí. Pero había un factor común en todos ellos. Sin excepción, la cobertura que finalmente resguardaba cada uno de estos objetos sagrados, era de pieles de tajash. Y cada vez que la expresión “piel de tajash” (ע֣וֹר תַּ֔חַשׁ) aparece, está acompañada de palabras como כְּסוּי֙ (Cubierta, Casui – Strong 3681) o מִכְסֵ֖ה (Cubierta, Mijseh – Strong 4372), ambas palabras derivadas del verbo כָּסָה (Cubrir, Ocultar, Vestir, Kasaj – Strong 3680).
Del anterior recorrido por citas, palabras del Strong y comentarios podríamos concluir entonces que el tajash fue creado por el Altísimo con el propósito que su piel fuera utilizada en el servicio del mishkan para cubrir, vestir u ocultar. Por un lado, mientras el santuario estuviera en pie, cubrirlo incluso como un techo sobre los tablones de madera de acacia. Por otro lado, cubrir en la parte más externa todas las cosas más sagradas cuando el santuario era desmontado, e incluso ocultarlas de la vista de los coatitas para que no fueran a morir (Números 4:20).
En este punto, me gustaría hacer la infaltable anotación desde la biología. Y es que era específicamente la piel lo que se utilizaba, entonces, desde una perspectiva biológica ¿qué es la piel? El tegumento (o piel) es un órgano compuesto por la epidermis que se encuentra en la superficie, por debajo de ella la dermis y entre ambas se sitúa la membrana basal. El tegumento es uno de los órganos mayores del organismo, alcanza cerca del 15% del peso del cuerpo humano. En los mamíferos la epidermis produce pelos, garras, uñas y cuernos. Como frontera crítica entre el organismo y su medio, el tegumento tiene varias funciones especializadas. Se espesa y forma parte del exoesqueleto para resistir lesiones mecánicas. La barrera establecida por el tegumento impide la entrada de microorganismos patógenos. Ayuda a mantener la forma del organismo. En unión con otros sistemas, el tegumento contribuye a la regulación osmótica, a la circulación y el movimiento alternativo de los gases e iones. La piel acumula el calor necesario, o irradia el exceso, y aloja los órganos sensoriales, tiene pelos para el aislamiento, los pigmentos de la piel bloquean la dañina luz solar y exhiben colores brillantes durante el cortejo… La lista de funciones podría fácilmente ampliarse (Kardong, 2007).
Podemos ver entonces, cuán importante y trascendental es la piel para un animal y la diversidad de funciones que cumple y le suple mientras el mismo está vivo y la tiene consigo. Podemos ver que en la mayoría de los casos, está asociada a la protección del organismo del medio externo, así como una separación crítica con respecto al mismo. Es decir, para el organismo vivo la piel también es una cobertura. Y es completamente evidente que el uso de la piel del animal implica su muerte inevitable.
Todo esto, y específicamente lo referente al tajash, me lleva algunas reflexiones sobre el servicio que prestamos al ETERNO. Por un lado, que cada especie o individuo tiene un llamado para un servicio específico, y que hay diferentes grados de entrega. Las ovejas, por ejemplo, de las cuales el macho es el carnero, además de aportar la piel del mismo para el toldo, también, son usadas en sus diferentes “roles” (corderitos, ovejas hembras, carneros) para el servicio sacrificial, así como también, su lana para la elaboración de algunas de las cortinas del santuario. En cambio, el servicio que prestó el tajash fue única y exclusivamente entregar su piel para la elaboración del toldo y para la cobertura de las cosas sagradas.
En cuanto a los niveles de entrega, las ovejas por ejemplo, cuando entregaban su lana, podían “sencillamente” ser esquiladas, entregar su lana y seguir viviendo. Mientras que la única forma que tenían los tajashim para servir en el tabernáculo era entregar por completo su vida, pues de ninguna otra forma podía tomarse su piel, ya que como vimos, la presencia de la piel es crucial para la vida del animal. Así también los levitas, fueron escogidos de forma especial por el Altísimo, para prestar un servicio especial entre todos los israelitas, y aún entre los levitas, los kehatitas, eran los únicos que podían “empacar” las cosas más sagradas con las pieles de un animal específicamente creado para ese fin. Pienso que, de la misma forma, no todos tenemos el mismo llamado ni el mismo nivel de entrega. Y creo que, en este sentido, lo más importante es que el ETERNO nos muestre y podamos discernir de la forma más clara, cuál es nuestro llamado específico y poderlo cumplir a cabalidad.
Por otro lado, me parece fascinante, el comentario sobre la extinción de los tajashim posterior a la elaboración del mishkan. Es decir, las ovejas, las cabras, las vacas, aún el lino, son especies que aún en la actualidad existen, y son utilizadas incluso comercialmente, que como especies sirvieron en el santuario. Pero los tajashim, según el comentario, existieron como especie y cumplieron antes de su extinción el único propósito de que su piel fuera usada en el santuario. Es un nivel de entrega y servicio a nivel de especie que me asombra y me reta. Y que quizá podría ser equiparable exclusivamente a la presencia como humano en la tierra de nuestro amado Yeshúa el mesías.
Finalmente, y retomando un poco la descripción biológica de la piel, llama la atención que algunas de las funciones que cumple en el organismo vivo, tales como, ser una frontera entre el organismo y lo que lo rodea, proteger de los daños y exhibir colores llamativos, en el caso del toldo del mishkan y de la cobertura para las cosas más sagradas, se podía seguir cumpliendo aún después de la muerte del animal. Pues las pieles de tajash eran usadas precisamente para cubrir, proteger y tenían colores muy hermosos y atractivos. Fue el cumplimiento de un propósito que fue más allá de la muerte del individuo y de la extinción de la especie. Eso me anima con una esperanza y un anhelo, que el fruto del cumplimiento del propósito con el que el ETERNO nos haya enviado a este mundo, pueda prevalecer aún después de que descansemos en paz en nuestra muerte terrenal, y trascienda de generación en generación.
Shavua tov!
Referencias
Kardong, K. (2007). Vertebrados: Anatomía comparada, función y evolución. Madrid: McGraw-Hill.
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Soy Bióloga con maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia. Creyente en el Mesías Yeshúa desde la cuna, miembro activo de la Comunidad Mesiánica Yovel y felizmente casada. El estudio de la Creación del Altísimo ha sido mi pasión, y me deleito en ampliar mi comprensión del texto bíblico desde el conocimiento de las Ciencias Ambientales.
Un estudio guiado por el Eterno! nunca había entendido como era utilizar una piel de un animal como el tejón o el delfín la mayoría de textos lo traducen así.
Ahora logro comprender que clase de animal era y que porsupuesto no es los que dicen las diferentes traducciónes y como es llevado está enseñanza a nuestros tiempos con respecto al servicio.
Mil gracias bendiciones, que el Eterno te siga guiando para nuevos comentarios y estudios
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Mil gracias, tu aporte en este tema me ha edificado muchísimo, que nuestro piedre Eterno te siga guiando y a toda tu familia, shabat shalom desde México.
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Edificativo al máximo! Recién empiezo a estudiar en profundo la Torá desde el punto estrictamente Judeo- mesiánico. Gracias!
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